Hola, aquí va mi reporte sobre la conferencia de Desarrollo Sustentable a la que fui
El primer evento del fórum al que asistí fue una conferencia sobre sustentabilidad y la importancia de proteger al planeta de la contaminación. La plática la dieron integrantes de la organización Greenpeace. Lo que lo hizo un poco más llamativo fue el hecho de que los expositores no eran de México, sino que eran los encargados de Greenpeace de Francia, Argentina y Japón quienes darían la plática.
Uno de los aspectos que me llamó la atención fue cuando el conferencista francés comenzó a hablar sobre los alimentos transgénicos y los daños que estos provocan en la salud humana. Me quedé reflexionando porque recuerdo que hace unos meses en el radio, un profesor de una escuela de medicina afirmaba que los prejuicios contra los alimentos transgénicos no tenían fundamentos y que estos alimentos eran el resultado de los beneficios de la evolución tecnológica. Pero al existir esta información contradictoria, ¿a cuál de los dos debo creerle? Quizá los miembros de Greenpeace intentaron apelar a las emociones del público, difundiendo un sentimiento de miedo hacia los alimentos transgénicos por los supuestos daños que provocan. O quizá los científicos hacen lo mismo al hablar principalmente sobre los beneficios de este tipo de alimentos, intentando que más gente los compre. O puede ser ambos tengan razón y los alimentos transgénicos tengan tanto grandes beneficios como efectos perjudiciales para el humano. De todos modos, esta parte de la plática me llevo a cuestionarme sobre qué factores usamos para determinar la confiabilidad de una fuente de información y también me hizo cuestionarme la posibilidad de que existan dos verdades contradictorias (yo creo que sí pueden llegar a existir, a pesar de que muchas veces nos limitamos a ver sólo una perspectiva).
Cuando llegó el turno de Jun Hoshikawa, el representante de Greenpeace de Japón, me puse a pensar sobre las limitaciones del lenguaje. A pesar de que su idioma natal era el japonés, dio su plática en inglés con el fin de que una mayor cantidad de personas pudiera entenderle. Esto es, a pesar de que él contaba con un idioma con el que podía hacerse entender en su país, tuvo que emplear otro con el que estaba menos familiarizado para que nosotros le entendiéramos. Pero ¿Y las personas que tampoco entendían inglés? Esto me llevó a pensar lo siguiente: a pesar de que los sistemas de lenguaje nos permiten comunicarnos con alguien que comparta nuestro código, resulta inútil bajo ciertos contextos. La plática de Jun Hoshikawa también me dejó pensando sobre las diferencias entre nuestra cultura y la cultura japonesa. En Japón se han tomado medidas para reducir la contaminación del aire y limpiar los ríos. En México, en cambio, apenas si se han tomado medidas al respecto. Tal vez la diferencia radica en los razonamientos empleados por los gobiernos de cada país. Japón, siendo un país muy industrializado, con buen nivel económico y desarrollado tecnológicamente, puede permitirse invertir en la protección de la ecología. Nuestra nación por el contrario no puede permitirse invertir en algo que no sea redituable al corto plazo. Otra razón podría ser la forma en que se imparte la educación sobre la ecología. Si desde jóvenes se les instruye a los niños que protejan al medio ambiente, es más probable que su percepción sobre los problemas ecológicos sea distinta a la de una persona que nunca recibió esta enseñanza.
La expositora Argentina habló durante su turno sobre la importancia de las manifestaciones y los boicots para fomentar la protección del medio ambiente. Desde el punto de vista de Greenpeace, estos boicots les permiten llamar la atención del público, por lo que son muy útiles. En cambio, si se analizara la perspectiva de los dueños de las compañías afectadas, posiblemente los boicots no serían vistos de manera tan favorable. Esto me recordó a la actividad de TOK intercampus, en la cual debíamos analizar un caso desde diferentes posturas, pues me dejó reflexionando sobre si para defender al medio ambiente se podrían justificar las manifestaciones y los boicots. ¿Se debe buscar el bien de la mayoría o el de un grupo? ¿En qué podemos basarnos para tomar una decisión moral? Estas fueron dos de las preguntas con las que me quedé después de asistir a la conferencia. Contrario a lo que esperaba originalmente, la plática me pareció interesante pues pude apreciar otras perspectivas con las cuales yo no estaba de acuerdo en algunos casos.
El primer evento del fórum al que asistí fue una conferencia sobre sustentabilidad y la importancia de proteger al planeta de la contaminación. La plática la dieron integrantes de la organización Greenpeace. Lo que lo hizo un poco más llamativo fue el hecho de que los expositores no eran de México, sino que eran los encargados de Greenpeace de Francia, Argentina y Japón quienes darían la plática.
Uno de los aspectos que me llamó la atención fue cuando el conferencista francés comenzó a hablar sobre los alimentos transgénicos y los daños que estos provocan en la salud humana. Me quedé reflexionando porque recuerdo que hace unos meses en el radio, un profesor de una escuela de medicina afirmaba que los prejuicios contra los alimentos transgénicos no tenían fundamentos y que estos alimentos eran el resultado de los beneficios de la evolución tecnológica. Pero al existir esta información contradictoria, ¿a cuál de los dos debo creerle? Quizá los miembros de Greenpeace intentaron apelar a las emociones del público, difundiendo un sentimiento de miedo hacia los alimentos transgénicos por los supuestos daños que provocan. O quizá los científicos hacen lo mismo al hablar principalmente sobre los beneficios de este tipo de alimentos, intentando que más gente los compre. O puede ser ambos tengan razón y los alimentos transgénicos tengan tanto grandes beneficios como efectos perjudiciales para el humano. De todos modos, esta parte de la plática me llevo a cuestionarme sobre qué factores usamos para determinar la confiabilidad de una fuente de información y también me hizo cuestionarme la posibilidad de que existan dos verdades contradictorias (yo creo que sí pueden llegar a existir, a pesar de que muchas veces nos limitamos a ver sólo una perspectiva).
Cuando llegó el turno de Jun Hoshikawa, el representante de Greenpeace de Japón, me puse a pensar sobre las limitaciones del lenguaje. A pesar de que su idioma natal era el japonés, dio su plática en inglés con el fin de que una mayor cantidad de personas pudiera entenderle. Esto es, a pesar de que él contaba con un idioma con el que podía hacerse entender en su país, tuvo que emplear otro con el que estaba menos familiarizado para que nosotros le entendiéramos. Pero ¿Y las personas que tampoco entendían inglés? Esto me llevó a pensar lo siguiente: a pesar de que los sistemas de lenguaje nos permiten comunicarnos con alguien que comparta nuestro código, resulta inútil bajo ciertos contextos. La plática de Jun Hoshikawa también me dejó pensando sobre las diferencias entre nuestra cultura y la cultura japonesa. En Japón se han tomado medidas para reducir la contaminación del aire y limpiar los ríos. En México, en cambio, apenas si se han tomado medidas al respecto. Tal vez la diferencia radica en los razonamientos empleados por los gobiernos de cada país. Japón, siendo un país muy industrializado, con buen nivel económico y desarrollado tecnológicamente, puede permitirse invertir en la protección de la ecología. Nuestra nación por el contrario no puede permitirse invertir en algo que no sea redituable al corto plazo. Otra razón podría ser la forma en que se imparte la educación sobre la ecología. Si desde jóvenes se les instruye a los niños que protejan al medio ambiente, es más probable que su percepción sobre los problemas ecológicos sea distinta a la de una persona que nunca recibió esta enseñanza.
La expositora Argentina habló durante su turno sobre la importancia de las manifestaciones y los boicots para fomentar la protección del medio ambiente. Desde el punto de vista de Greenpeace, estos boicots les permiten llamar la atención del público, por lo que son muy útiles. En cambio, si se analizara la perspectiva de los dueños de las compañías afectadas, posiblemente los boicots no serían vistos de manera tan favorable. Esto me recordó a la actividad de TOK intercampus, en la cual debíamos analizar un caso desde diferentes posturas, pues me dejó reflexionando sobre si para defender al medio ambiente se podrían justificar las manifestaciones y los boicots. ¿Se debe buscar el bien de la mayoría o el de un grupo? ¿En qué podemos basarnos para tomar una decisión moral? Estas fueron dos de las preguntas con las que me quedé después de asistir a la conferencia. Contrario a lo que esperaba originalmente, la plática me pareció interesante pues pude apreciar otras perspectivas con las cuales yo no estaba de acuerdo en algunos casos.
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