23 y 25 de Oct de 2007
Quién esté libre de pecado, que lance la primera piedra.
Aparentemente soy la nueva regente de alguno de los pueblos de China, y quiero defender a mi gente. Creo que han sido afectados por las injusticias realizadas en juicios, y al igual que el gobierno, quiero lograr la eliminación de la corrupción, y la estandarización de los resultados en los procesos legales. Por eso apoyo la decisión de aplicar un nuevo sistema en el que sea una computadora la que realize el dictamen. Cómo puedo pensar así, se preguntaran algunos de mis lectores occidentales, pues muy simple, me parece que sería una manera más justa de llegar a una desición, al mismo tiempo de que sería imparcial porque la maquina no puede juzgar las personas porque no las conoce, pero sí puede juzgar las acciones o crímenes que se le introducirían, siguiendo un proceso para decidir una sentencia de acuerdo a las leyes que tiene registradas en sus códigos.
Me encantaría decir que así lograremos un juicio totalmente objetivo, pero tengo que ser realista, porque las mismas leyes que evaluaría la computadora para dar su resolución no están excentas de las emociones humanas y por lo tanto sigue quedando en duda la objetividad del proceso. Pero todo juicio del hombre va a adolecer de este factor. Alguna vez escuché decir a una señora sumamente creyente en su fe católica, que las personas no tenemos ningún derecho a juzgar a los demás, pues sólo Dios es el indicado para una tarea tan complicada como esa. Pero el mundo en el que vivimos a decidido que no podemos esperar para una siguiente vida para poner consecuencias a quienes a nuestro parecer han obrado mal, a lo que yo opino que es un hecho que no podemos cambiar, lo único que podemos hacer es proceder lo más justamente posible y apegarnos a nuestra leyes en todo momento tanto si se trata de juzgar a un notable señor de dinero, como de juzgar a un mendigo.
Piénselo de esta manera, vivimos en un mundo difícil, es un hecho que en China la pobreza abunda, lo cual complica la preservación de los valores más nobles del hombre que en ocasiones se ven tentados a ceder ante la necesidad de suplir sus necesidades básicas. Son pocos los que se encuentran en posiciones privilegiadas y muchos los que quisieran ascender. Este es un clima propicio para la injusticia.
Por otro lado, en realidad el cambio en el proceso legal no sería tan drástico como algunos los creen, pues al final de cuentas el mecanismo lógico que guía a un juicio convencional se conservaría igual la única pequeña diferencia sería el quién o qué lo lleva a cabo. El peso del cambio podrá sonar alterante para la pequeña mexicana que escribe esto por mí, pero para nosotros como pueblo Chino nos parece lo necesario para lograr una vida más justa.
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